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El rol de las mujeres en los Juegos Olímpicos desde sus inicios hasta nuestros días

En la antesala de una nueva edición del evento multideportivo internacional que se organiza cada cuatro años bajo la supervisión del Comité Olímpico Internacional, más conocido como los Juegos Olímpicos y previo a la edición París 2024, es que surge la idea de pensar el rol y el lugar que se le asignó a la mujer -deportista- desde sus inicios.

Interesa en este punto, referirnos al francés Pierre de Coubertin, creador de los juegos olímpicos modernos en 1886, quien se oponía rotundamente a la participación de las mujeres en encuentros deportivos porque las consideraba débiles.

Así, si nos remontamos a la primera participación de mujeres en un juego olímpico, debemos ir hasta París 1900 donde por primera vez 22 deportistas formaron parte de las delegaciones para disputar el evento. Sin embargo, solo pudieron hacerlo en disciplinas puntuales reconocidas “femeninas” tales como el golf, el tenis y el croquet. De hecho, esta no era una participación formal sino más bien una invitación.

Recién en Amsterdam 1928 se oficializó la participación del género femenino en la competencia internacional aunque aún con limitaciones. En esta edición, llegaron a participar 300 mujeres y aunque parezca un número elevado para ese momento, solo representaban el 10% del total de atletas. De igual modo este acontecimiento abrió el camino para oficializar el rol de la mujer deportista en la competencia, que más adelante dotó de un fuerte trabajo y lucha para la incorporación en diversas disciplinas.

Sin lugar a dudas los cambios en la sociedad y la evolución política, social, cultural que rigen en la modernidad han sido factores que colaboraron con la ampliación de los derechos de las mujeres, incluso en el ámbito deportivo que no escapó nunca de las injusticias y los fuera de foco.

En este sentido, interesa pensar en el juego olímpico que está por disputarse en los próximos meses del 2024 en París, misma ciudad a la cual debemos remontarnos para encontrar las primeras participaciones de mujeres, en aquel momento fueron 22 y actualmente se jugarán los juegos olímpicos más igualitarios de la historia con una participación de 5250 deportistas mujeres y 5250 deportistas varones.

El propio organismo hace una evaluación de la participación de las mujeres en la competencia y sostienen: “(...) El número aumentó gradualmente desde los juegos olímpicos de 1900 en París, acelerando el ritmo en Los Ángeles 1984, en Londres 2012; y en Tokio 2020 (..)”.

De igual manera, sorprende y entusiasma la idea de que la paridad de género no sea una cuestión meramente deportiva y se extienda en el interior del COI, para con la prensa y demás personas involucradas en el desarrollo del evento, donde siempre primaron los hombres. “Nuestro compromiso con la promoción de la igualdad de género no termina en París. El COI seguirá liderando el camino y utilizando el poder del deporte para contribuir a una sociedad más igualitaria e inclusiva”, remarcó en este sentido Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional en diálogo con la Secretaria de Turismo, Ambiente y Deportes del Ministerio del Interior de la Nación.

Seguramente sea el principio de una sociedad cada vez más igualitaria e inclusiva donde los espacios sean compartidos, aún deben revisarse ámbitos ya no tan ligados a la participación de deportistas sino más bien en el resto de los espacios. Los puestos de entrenadores, árbitros, jueces, periodistas, secretarios, presidentes del comité, aún se encuentran un escalón por debajo en materia de género que sin lugar a dudas son cuestión a trabajar y revisar.